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El capital del miedo: La comercialización de la seguridad
Artículo que reflexiona sobre el miedo y la inseguridad social, y como se utilizan estas dimensiones para el beneficio propio de la clase política y la sociedad de consumo.
La vida actual en las sociedades occidentales se nos presenta como
una vida repleta de inestabilidad, esto se traduce en empleos cambiantes,
relaciones fugaces, necesidades infinitas... De esta forma, en décadas pasadas,
el progreso era una idea ligada al avance, la seguridad y la inevitable mejora
de las condiciones de vida, objetivos unidos de manera indisoluble a la
innovación tecnológica y científica.
Hoy en día, la concepción de progreso ya
no es la misma, el aumento de la velocidad en los aspectos sociales de la vida
ha propiciado que el avance tecnológico conlleve el riesgo de quedarse
excluido, y, por tanto, en vez de garantizar un aumento de las condiciones de
vida augura una incertidumbre constante.
Este aumento de la
inestabilidad en nuestras vidas y de la aceleración de los procesos que las
componen, es una de las características principales de la "Vida
Líquida". Este concepto fue elaborado por el sociólogo Zygmunt Bauman para
explicar el proceso de cambio y aceleración que ha sufrido la vida individual y
social del ciudadano actual. Para Bauman, esta inestabilidad que caracteriza
nuestras vidas y en general, la sociedad, viene dada por tres motivos
concretos:
En un primer lugar, la revolución de las TIC, la cual ha generado
una transferencia de información a escala global que ha interconectado todo el
globo a través de las nuevas tecnologías.
En segundo lugar, la inmigración a
escala masiva, una migración que jamás se ha visto en las dimensiones que se da
hoy en día, y que tiene capacidad para cambiar el contexto social y poblacional
con más rapidez que antes.
Por último, el gran peso de las grandes empresas y
corporaciones, las cuales, tienen igual o más capacidad de influencia que los
propios estados, y que, además, han conseguido insertar sus lógicas
neoliberales de aceleración, competencia y dinamismo propias del mercado
económico en todos los niveles de la vida social.
Cada cerradura adicional
que colocamos en la puerta de entrada como respuesta a sucesivos rumores de
ataques de criminales de aspecto foráneo, cada revisión de la dieta en
respuesta a un nuevo "pánico alimentario", hace que el mundo parezca
más traicionero y temible, y desencadena más acciones defensivas (que, por
desgracia, están condenados seguramente a desembocar en el mismo resultado). Nuestros
miedos se perpetúan y se refuerzan cada vez más a sí mismos.
¿Qué nos deja este contexto?
Incertidumbre e inseguridad en nuestras vidas. Pero no hay que olvidar que la
denominada "Vida Líquida" es vivida dentro de una sociedad de
consumo. De esta manera, la propia inseguridad que genera el sistema
capitalista actual es comercializada y usada en beneficio propio. Siendo el
miedo y la búsqueda de seguridad uno de los principales motores de consumo, además, utilizado de manera exhaustiva por el marketing.
Ejemplos los encontramos a todas horas (anuncios de alarmas, defensa personal,
seguros...) y no solo de temas relacionados con un posible asalto o agresión,
si no de otro tipo de inseguridades. Por ejemplo, con los efectos de la vejez
(cosméticos, dietas, gimnasios, deporte...).
Además, esta venta al por mayor de
inseguridad también se lleva a cabo a través de los programas políticos y los
propios medios de comunicación, los cuales exponen sus relatos sobre las continuas amenazas
sobre la seguridad personal.
En la actualidad, encontramos
un claro ejemplo de alarmismo intencionado a través de la problemática de los
"Okupas". Existe una clara evidencia de que no es un problema masivo, además de tener muchos matices de por medio y siendo cada caso de ocupación de una vivienda muy diferente y por motivos que varían mucho. Sin embargo, cubre portadas y horas de
televisión. Evidentemente, las grandes cadenas saben que un tema enfocado
directamente hacia la integridad personal genera audiencia, aunque no sea un
problema social y no exista la necesidad de alarmar a la población, lo primero
es lo primero, y lo que da beneficio en este caso es generar un relato
basado en el miedo, la incertidumbre y la inseguridad.
Por otro lado, existen
otros agentes que se aprovechan de este proceso de generación de inseguridad. Por ejemplo, los partidos políticos. La extrema derecha, Vox y PP en el caso
español (pero os aseguro que es extrapolable a muchos otros países de Europa o Latinoamérica), utiliza el
discurso de la ocupación como arma arrojadiza, desviando la atención de las
verdaderas problemáticas sociales, generando en su caso un contexto ficticio
donde es muy fácil criminalizar, y, sobre todo, prometer seguridad, llegando de
esta manera a su único objetivo; obtener votos de cualquier forma posible.
Las ejecuciones hipotecarias ocurren cuando el prestamista (banco o inmobiliaria) recupera la propiedad debido a que el propietario de una vivienda deja de hacer frente a los pagos de una hipoteca. Gráfica: Elaboración propia a través de los datos oficiales delInstituto Nacional de Estadística, INE.
De esta manera, no estoy diciendo que no existan casos de "ocupación" claramente
injustos, no, lo que quiero plantear es ¿realmente es un problema social a
escala nacional/mundial? ¿Por qué no se analiza el potencial contexto que puede facilitar
que la gente tome ese tipo de decisiones (crisis, aumento de la desigualdad,
problema de viviendas vacías, desahucios masivos)? ¿Es la mano dura y la
represión la única/mejor solución? ¿Realmente una ley antiocupa de carácter
coercitivo parará el problema? ¿Esta ley puede beneficiar a los bancos, y fomentar que
ejerzan desahucios sobre personas que no pueden pagar su hipoteca?
En definitiva, los interrogantes planteados creo que son
reflexiones más que necesarias, o nos podremos encontrar con un gran porcentaje
de gente votando a partidos de extrema derecha por miedo a que un ficticio
"ocupa" le deje sin vivienda. Sin embargo, existe una posibilidad
infinitamente más alta de que sea el banco el que acabe desahuciándolos, y entonces,
la víctima se convertirá en un potencial criminal simplemente porque los medios
y la propaganda política así lo quieren.
El mundo que se ve por
televisión se parece a uno en el que los "ciudadanos/ovejas" son
protegidos de los "delincuentes/lobos" por
"policías/pastores".
Ray Surette, Media, Crime and Criminal Justice (1992), pág.43
Tráiler de la película colombiana La estrategia del caracol, la cual trata las penurias de las familias de bajos ingresos en Bogotá. La brecha entre ricos y pobres y sus interacciones en un sistema social altamente estratificado. Los temas más importantes de la película son la ocupación y propiedad de vivienda y el acoso inmobiliario.
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Muy buen post!
ResponderEliminarmuy interesante, colega, Álvaro!!!
ResponderEliminarMuchas gracias!!!!
EliminarEl miedo es un enemigo peligroso
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