Psicología social: algunos conceptos básicos
¿De qué trata la
psicología social?
Fuente: https://pixabay.com/es/illustrations/empat%C3%ADa-la-cabeza-cerebro-ola-4292845/ |
La
psicología social estudia las relaciones de las personas entres sí, es decir,
las relaciones sociales. De esta manera, esta rama de la psicología tiene como objetivo
comprender y analizar los pensamientos, emociones, acciones y comportamientos
que están influidos por las demás personas que construyen el entorno social.
La
psicología social es una ciencia que estudia a la persona como ser social. Para
esto, aplica el conocimiento que obtiene de los estudios que realiza para
resolver y afrontar problemas sociales concretos. Asimismo, esta ciencia tiene
mucho que ver con la sociología y comparten muchos puntos en común.
Los
métodos o herramientas para el estudio científico que se utilizan en la
psicología social son diversos. No obstante, podemos destacar tres:
En
primer lugar, la encuesta: este método consiste en conformar una serie
de preguntas determinantes que tienen como objetivo conocer características
concretas de un grupo social. Estas encuestas pueden utilizarse para saber la
intención de voto de un grupo poblacional determinado o sus gustos de consumo, entre otras muchas cosas.
En
segundo lugar, el experimento: la experimentación es una de las
herramientas más utilizadas en psicología social. Los experimentos se pueden
realizar en un ambiente controlado (dentro de un laboratorio) o también en el
mundo real, en este caso se denominan experimentos de campo (el experimento de la cárcel de Stanford
En
tercer lugar, la observación directa: el científico usa la observación
detallada con la intención de recoger el mayor número de datos que puedan
servirle para un posterior análisis.
Asimismo,
a través de estos métodos y algunos más, la psicología social se involucra en
el estudio de los conflictos escolares, el ámbito clínico, la mejora del funcionamiento del capital humano de las empresas y las organizaciones en general.
Psicología social: Las personas y su pertenencia al grupo
Fuente:https://pixabay.com/es/illustrations/search/grupo/ |
Según
el psicólogo Wallon, “el individuo es esencialmente social…lo es
genéticamente”. En su época esta afirmación levantó grandes polémicas y
debates. En la actualidad, múltiples estudios demuestran como desde que nacemos
tenemos unas propiedades innatas para las relaciones sociales.
Las
personas no podemos prescindir de la interacción con los otros para un
desarrollo cognitivo sano. Existen trastornos causados por falta de relaciones
sociales. La necesidad que el individuo tiene frente al grupo es tan fuerte que en algunas etnias o comunidades el castigo que se considera más grave es
el aislamiento del grupo, por encima incluso de la muerte.
De
esta manera, la percepción de formar parte de un grupo se forma a través de
elementos psicológicos que se desarrollan a través de nuestros comportamientos
solidarios, leales y de cooperación al grupo. Estos procesos forman parte de la
cohesión de grupo, un grupo bien cohesionado hará que aumente la seguridad y el
confort de las personas que lo componen.
Además, los y las psicólogas sociales hacen una diferenciación en dos tipos de grupo: los grupos de pertenencia y lo grupos de referencia:
El primero de ellos es el grupo del que realmente forma parte una persona: su familia, su barrio, su ciudad, etc.
Por otro lado, el grupo de referencia es aquel en el que la
persona se identifica y, por tanto, usa como modelo para valorar su conducta.
De este modo, todos tenemos grupos de referencia y de pertenencia y así nos comparamos y nos identificamos con los demás. En la época actual, la cual se caracteriza por una globalización económica y cultural, el modelo de vida capitalista americano se ha convertido para muchos en el grupo de referencia.
Psicología social: normas sociales y conformidad
Los
grupos humanos funcionan según criterios y normas propios y específicos. Una
persona no se comunica igual con su compañero de clase o de trabajo que con sus
padres, profesores o jefes, incluso nuestra forma de vestir y hablar cambiará.
De
este modo, con cada grupo donde una persona interactúa se siguen unas pautas no
escritas que indican cual es la conducta apropiada. Es lo que se denomina en
psicología social conformidad.
En relación a esta temática el psicólogo social S. Asch (1952) realizó un experimento con la finalidad de comprobar esta conformidad social. El experimento era muy sencillo:
-Consistía en un grupo de 7 alumnos y alumnas (seis de ellos compinchados) y el séptimo restante era el sujeto del experimento (lo cual ignoraba). Se trazaron 3 líneas y simplemente había que decir cual era más larga, existía una respuesta clara que era la línea B. Sin embargo, los alumnos compinchados insistieron en que la A y la B eran líneas de la misma longitud. De esta manera, incluso con la evidencia delante, el sujeto experimental acabó cediendo a la presión de grupo y contestó la misma respuesta (claramente errónea).
La percepción social
La percepción social es la forma en la que una persona analiza e interpreta a las personas que le rodean. Así pues, la percepción social clasifica a los individuos según los rasgos faciales, el color de la piel, el sexo, la edad, la manera de vestir u otros elementos.
De esta manera, se clasifica a las personas en grupos si comparten características: pertenecer a una familia, a una clase de instituto, un equipo deportivo, etc.
La
psicología social entiende que un grupo son dos o más personas que comparten un
sentimiento de unidad y, por tanto, cada persona influye en las otras y es
influida a su vez. Además, para explicar la conducta de los componentes de un
grupo, los psicólogos sociales usan los conceptos de estatus y rol.
Asimismo, el concepto de estatus es el reconocimiento que el grupo atribuye a una persona. Es decir, su posición social: campesino o campesina, abogada, maestro, etc.
Por otra parte, el rol es el comportamiento que el grupo espera de cada uno
de sus miembros: el comportamiento que los alumnos esperan de un profesor, los
trabajadores de su jefe, una madre de una hija, etc. Por tanto, a lo largo del
día y de nuestra vida asimilamos multitud de roles y estatus: alumno, hija,
ciudadano, jugadora de fútbol, etc.
De esta forma, la percepción de grupo también está relacionada con la visión que cada persona tiene sobre sí misma. La manera en que cada uno se define y se piensa, esto es denominado autoconcepto. Estrechamente ligada a este concepto se encuentra la autoestima. La autoestima hace referencia a la confianza que tenemos sobre las diversas situaciones que se nos presentan continuamente durante el día a día. Dependiendo del mayor o menor nivel de autoestima que tengamos tendremos una u otra percepción sobre los grupos sociales.
De este
modo, si somos y nos consideramos personas tímidas solemos tener una
percepción positiva del grupo de personas extrovertidas (tan solo es una
ejemplificación generalizada).
Fuente:https://pixabay.com/es/illustrations/lupa-humanos-la-cabeza-1607208/ |
Psicología social: estereotipos y prejuicios
Como
se ha explicado en párrafos anteriores, la percepción social esta íntimamente
ligada a la clasificación que hacemos de las personas de nuestro alrededor. Así
pues, dos de las maneras más comunes de clasificar y valorar son los
estereotipos y los prejuicios.
De este modo, podemos definir los estereotipos como generalizaciones que hacen referencia a los grupos y que nos aproximan a sus características principales: los rasgos personales que comparten, su comportamiento con otros grupos, etc.
De
esta manera, este tipo de clasificación nos permite situarnos y entender mejor
el entorno social. No obstante, tiene un aspecto negativo: produce una imagen
excesiva y uniforme sobre los componentes de un grupo, esto hace que se olviden
las diferencias individuales. También tiende a que exageremos las diferencias
entre grupos. Es decir, nos llevan a generalizaciones que en ocasiones se
alejan de la realidad de cada individuo o del mismo grupo.
Por
otra parte, relacionado con esta dimensión negativa de los estereotipos se
encuentra el prejuicio. Se pueden definir los prejuicios como una valoración
(positiva o negativa) de un grupo social y sus integrantes por formar parte de él.
En los prejuicios se juzga en muchas
ocasiones a través de las emociones o lo preconcebido y no por las acciones
reales de las personas: sudaca, feminazi, moraco… serían palabras que connotan
prejuicios negativos. Así podemos observar que los prejuicios negativos más
comunes están relacionados en muchos casos con el género o el racismo.
Como se ha explicado en el párrafo anterior, los prejuicios están íntimamente relacionados con la discriminación. Discriminar en este caso quiere decir perjudicar a un grupo y favorecer a otro simplemente por un prejuicio sin fundamento: no existe la misma percepción sobre un inmigrante rico que sobre un inmigrante pobre, al igual que no existe ante una inmigrante de origen europeo o uno de origen africano o latinoamericano. Independientemente de sus acciones, los primeros son considerados beneficiosos para el país de destino, los segundos, en muchos casos, son objetivo de discriminación, se les añade una etiqueta negativa.
En definitiva, se podría
decir que en este caso se juzga a un grupo u otro a través de un estereotipo y una
serie de prejuicios basados en el poder adquisitivo y no el valor real de cada
persona individual y su derecho a ser diferente dentro de la diversidad humana.
Psicología social: roles sexuales e identidad sexual
Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Banner_Econom%C3%ADa_Feminista.png |
Cada
cultura y en general cada comunidad humana ha establecido en relación al sexo unas atribuciones sociales que se dan a cada género (masculino y femenino). Hasta hace bien poco,
en la mayoría de culturas el hombre era la figura que se encargaba en exclusiva del ámbito
laboral y el que conservaba la posición de poder en el núcleo familiar. Por
otro lado, la mujer se ocupaba de las tareas domésticas y de cuidados.
Los
diferentes movimientos sociales detrás de las olas feministas han ido poniendo
en entredicho estos modelos, se ha criticado el papel del hombre y de la mujer
en nuestra sociedad, y se ha cuestionado la rigidez de los roles sexuales y
las actitudes sexistas ¿Por qué deben existir unas funciones prestablecidas que
condicionen de manera drástica la vida de las mujeres y también la de los hombres?
El patriarcado y el racismo estructural se han puesto en duda y es un buen ejemplo de como los grupos sociales, aun necesarios para nuestra existencia, pueden esconder mecanismo de dominación o discriminación.
En conclusión, es fundamental
apoyar ciencias como la psicología social, la cual se centra en estudiar los
comportamientos colectivos, no solo para entenderlos, sino para saber cuales son
correctos o cuales reprochables y poder así crear una convivencia más
justa.
Si queréis seguir disfrutando de contenido relacionado con la sociología os invito a que me sigáis en las demás plataformas y redes sociales que tiene el canal Sociología Inquieta.
-El libro de sociología inquieta titulado Manual de un sociólogo insociable: Obtener el libro
-El canal del Telegram de Sociología Inquieta: https://t.me/sociologiainquieta
-El canal de YouTube de Sociología Inquieta, donde podréis encontrar todo el contenido audiovisual que se genera: https://www.youtube.com/channel/UCllxGornu7yRmA-hBOjrMHg -Blog de Sociología Inquieta con más de setenta artículos relacionados con las ciencias sociales: https://www.xn--sociologainquieta-kvb.com/ -Instagram: https://www.instagram.com/sociologia_inquieta/ -Twitter: https://twitter.com/SOLER2911 -La página de Facebook de Sociología Inquieta con artículos, videos e imágenes exclusivas: https://www.facebook.com/Sociolog%C3%ADa-Inquieta-104808991667556 -Spotify para escuchar los podcast de Sociología Inquieta: https://open.spotify.com/sho
Buen artículo!
ResponderEliminarmuy interesante, colega, Álvaro!!!
ResponderEliminar